viernes, 25 de noviembre de 2011

Jotas Aragonesas

La jota aragonesa es una manifestación del folclore en Aragón de un género musical, la jota, presente en la mayor parte de la geografía española. Se consolida a finales del siglo XVIII o principios del XIX.

La jota aragonesa se expresa a través del baile, el canto y la interpretación instrumental, compuesta por una rondalla en la que participan fundamentalmente la guitarra, el laúd y la bandurria.

 La jota no es más que una de las manifestaciones de su tradición musical popular. Conviven con ella otras formas (mazurcas, paloteados, villanos, boleros o valses), aunque la interpretación de la jota en Aragón tiene un carácter peculiar y distintivo que ha hecho que sea conocida en el ámbito internacional.
Existen caracteres que distinguen los bailes de tres grandes zonas: el Bajo Aragón, Huesca y Zaragoza. La del Bajo Aragón (Calanda, Albalate del Arzobispo, Alcañiz) es la más compleja y posiblemente antigua.
El baile de la jota tiene tres partes en conformidad con las coplas que se cantan: inicio, parte media y final.
  • Inicio. Para comenzar se produce la «llamada», que consta de cuatro rasgueos a tutti de toda la rondalla del acorde tónico. Después continúa la parte inicial con variaciones instrumentales (de ocho compases de duración, la mitad de tónica y la otra mitad de dominante). Mientras suenan estos compases de variaciones, donde se adornan los músicos, la pareja se coloca enfrentada y espera, mirándose y sin movimiento alguno, que comience la primera copla, que da inicio al baile. Otras veces es el grupo el que toma posiciones o va saliendo del foro y colocándose en sus posiciones de partida, con hechuras de presentación.
  • Parte media: el baile. Acompañándose con las castañuelas o «palillos», se bailan varios pasos, adecuados a las variaciones y coplas, que suelen ser tres, aunque a veces el número se reduce a dos.
  • Final. El baile se aviva tras la última copla, y termina con cuatro acordes muy marcados.
Los pasos del baile de la jota se caracterizan por el uso de los punteados de punta y talón y los pequeños saltos que, con la evolución del espectáculo, se convirtieron en alardes atléticos. Los brazos, arqueados y habitualmente en alto moviéndose delante del cuerpo abajo y arriba.
Existan modalidades peculiares en Huesca, sobre todo en el Pirineo (Ansó, Hecho), donde adoptan influjos franceses y existen pasos cogidos de la pareja.

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